NACIDOS PARA ALABAR
Recuerdo bien la primera vez que me invitaron a formar parte del coro parroquial. Tenia 15 años y recién había recibido la confirmación. Ese era el modo en el que me iba a estrenar como soldado de Cristo. Mi arma seria un micrófono y mi escudo una guitarra.
En aquella época sonaba "Vida" de Ascoy, y yo también "junto a otros desahuciados nos fuimos a buscar la libertad"... ensayos, retiros, misas y encuentros... nada nos parecía demasiado sacrificio. Íbamos a ser los nuevos Valverde, Ascoy, Takillackta... la canción de Rìo tambièn nos inspiraba... músicos es lo que queríamos ser e íbamos a llenar un estadio y multitudes expectantes corearían nuestras canciones de alabanza y adoración... más, pasados los años, al igual que cantaba Cantero, que pocos quedamos de aquellos...
Luego vinieron los años de formación y entre Gnoseología y Liturgia encontré otros locos como yo que no tenían miedo de declarar su amor entre acordes recién aprendidos e instrumentos prestados. Luego, vino la experiencia con RUAH y mi época de director improvisado, de tuerto rey en tierra de ciegos. Corríamos de parroquia a capilla a animar cuánta misa y celebración podíamos. Estábamos solteros y sin compromiso que nos atara. Con el paso de los años, nos casamos, tuvimos hijos, festejamos bodas y lloramos la partida imprevista de alguno. Juntos. Siempre Juntos.
Y en estos años he ido entendiendo de a poco que no soy cantante ni músico. Ni siquiera sé si tenemos los dotes de otros muchos más "profesionales" que mis hermanos y yo. Sin embargo, nos anima algo, un no sé que especial que nos impulsa a seguir cantando, porque el canto es nuestra misión y nuestra vida.
¿que porqué lo hacemos?..simple.
Hemos descubierto nuevas formas de ser apóstoles y profetas en clave de Re Mayor disminuida. Quizá algunos más jóvenes nos llaman "tíos" con cierto desdén y piensan que nuestro lugar está en las bancas, con los viejitos de la parroquia y no con una guitarra y baquetas en mano. Casi nos miran con vergüenza ajena, como si cantar en misa a los 40 y tantos fuera un compromiso del cual avergonzarse. No, hemos decidido que ésta es nuestra manera de evangelizar y de ser discípulos. Somos Movimiento porque no podemos estar estáticos sino que el amor nos mueve. Somos Misioneros porque queremos anunciar a Cristo Resucitado en cada rincón al que lleguemos. Somos católicos porque la Iglesia es nuestra Madre y Maestra.
No llenamos estadios. Nuestro canto no es profesional y a veces nos salimos de compás. Quizá hasta desafinamos. Pero, estamos seguros que desde el Cielo mamá María nos aplaude y apoya porque somos parte de los pequeños y sencillos... No tenemos más club de fans que Ximenita, Rafaella, Renato , Dafne y nuestro corito de los domingos a las 10 am... nunca ganaremos un Emmy pero nuestro Promotor siempre nos observará sonriente desde su puesto en la custodia... y eso es suficiente para levantarnos cada día y cantarle a la vida, al amor y a la libertad.
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