DECIR Y PRACTICAR

 

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”. (Mateo 7:21-27) 

Uno puede decir que ama a Dios, pero no obedecer su Palabra,  Lo importante no es hablar de forma bonita sobre Dios o saber explicar bien la Biblia a los demás, sino que es hacer la voluntad del Padre y, así, ser una revelación de su rostro y de su presencia en el mundo. La misma recomendación fue dada por Jesús a la mujer que elogió a María su madre. Jesús le respondió: “Felices los que oyen la Palabra de Dios y la ponen en práctica". Somos cristianos, practicamos la fe, celebramos el culto frecuentemente, rezamos, pero ¿eso basta para vivir el Reino de los Cielos?. Al parecer no, porque la imagen de la construcción que utiliza Jesús es muy clara: si todo eso no se apoya en la Palabra de Dios, si no crece a partir de la Palabra vivida, todo se desmorona porque es débil y sin sustento. 

En el libro de los Salmos, con frecuencia encontramos la expresión: “Dios es mi roca mi fortaleza… , mi escudo y mi libertador” (Sal 18,3). El es la defensa y la fuerza de los que piensan en la justicia y la buscan (Sal 18,21.24). Las personas que confían en este Dios se vuelven roca para los otros. Así, el profeta Isaías dirige una invitación a los que estaban en el cautiverio: “Escúchenme ustedes que anhelan la justicia y que buscan a Yavé. Miren la piedra de que fueron tallados, y el corte en la roca de donde fueron sacados. Miren a Abrahán, su padre, y a Sara, que los dio a luz” (Is 51,1-2). El profeta pide a la gente que no olvide el pasado. El pueblo tiene que recordar como Abrahán y Sara por la fe en Dios se vuelven roca, comienzo del pueblo de Dios. Mirando hacia esta roca, la gente cobraba valor para luchar y salir del cautiverio.

 Asimismo, Mateo exhorta a las comunidades para que tengan como meta esa misma roca (Mt 7,24-25) y así puedan ellas mismas ser roca para fortalecer a sus hermanos y hermanas en la fe. Este es el sentido del nombre que Jesús dio a Pedro: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,18). Esta es la vocación de las primeras comunidades, llamadas a unirse a Jesús, la piedra viva, para volverse, ellas también, piedras vivas por la escucha y la práctica de la Palabra (Pd 2,4-10; 2,5; Ef 2,19-22).

 Nuestra comunidad : ¿Cómo trata de equilibrar oración y acción, alabanza y práctica, hablar y hacer, enseñar y practicar? ¿Qué es lo que debe mejorar en nuestra comunidad, para que sea roca, casa segura y acogedora para todos?

¿Cuál es la roca que sustenta nuestra comunidad? ¿Cuál es punto en que Jesús insiste más?

 SS Francisco dice: «Este es el encargo que el Señor nos da a cada uno de nosotros. Nos pide que seamos discípulos misioneros, hombres y mujeres que irradien la verdad, la belleza y el poder del Evangelio, que transforma la vida. Hombres y mujeres que sean canales de la gracia de Dios, que permitan que la misericordia, la bondad y la verdad divinas sean los elementos para construir una casa sólida. Una casa que sea hogar, en la que los hermanos y hermanas puedan, por fin, vivir en armonía y respeto mutuo, en obediencia a la voluntad del verdadero Dios, que nos ha mostrado en Jesús el camino hacia la libertad y la paz que todo corazón ansía.

Pidamos que al Señor que nuestra vida sea coherente ante sus ojos. Que nuestro decir, amar, pensar y actuar sean uno para su mayor gloria.







Comentarios

Entradas más populares de este blog

ADVIENTO, TIEMPO DE GOZO Y ESPERANZA

TALENTOS

DIOS SE VOLVIÓ LOCO}