SABER PEDIR

 


“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”. Mateo 7:7-12 

Que importante es la fe para el cristiano. Todo lo pide, consigue y  alcanza por fe,. Pero, debemos aprender a creerle a Dios porque sin Él no podemos conseguir nuestros deseos. Si creemos solo en nuestras fuerzas, estamos limitados, pero si le creemos a Dios, no hay nada imposible. Con fe, obediencia y santidad, obtenemos nuestras metas; "Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra.  No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, siendo hombre de doble ánimo, inestable en todos sus caminos"(Santiago 1:6-8) .

Sin embargo, no debemos olvidar que la oración es un proceso.  ¿Qué hace un bebé cuando necesita algo?  Ya sea que tenga hambre, o sienta dolor, o necesite ser cambiado de pañal, o se siente solo, el bebé llora.  Cuando los niños aprenden a hablar, los padres les enseñan a pedir en lugar de llorar cuando quieren algo.  Conforme van creciendo y madurando, los jóvenes aprenden a distinguir entre lo que sus padres le darán y lo que le negarán, y piden conforme a eso. 

Esa misma dinámica la podemos aplicar a nuestra vida espiritual.  Al principio sólo sabemos clamar y llorar para que nuestras necesidades sean satisfechas o nuestros deseos sean cumplidos.  Pero conforme vamos madurando espiritualmente, aprendemos a pedir según la voluntad de Dios. "Y, esta es la confianza que tenemos delante de El, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye.  Y si sabemos que El nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho". (1 Juan 5:14-15)  

 Pero, entonces: ¿Por qué a veces pedimos y no recibimos?. El apóstol Santiago nos dice que esto se debe a dos razones principales: 

  1. Porque pedimos mal, es decir, pedimos aquello que no nos conviene. 
  2. Porque simplemente no pedimos por falta de fe, egoísmo u orgullo:. "Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra. No tenéis, porque no pedís.  Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres"(Santiago 4:2-3).


En el Sermón del Monte, Jesús nos da el ejemplo del amor de un padre hacia su hijo, comparándolo con el amor de nuestro Padre Celestial (Mateo 7:9-11). Nuestro Dios, como cualquier padre amoroso desea complacer a sus hijos, pero no siempre le da lo pide, ya sea porque no puede o porque no le conviene al niño.  Pero si pide lo que es justo y bueno, lo más probable es que lo recibirá en la medida de lo que sea posible.  Esta misma confianza debemos tener en Dios, porque Él es bueno y generoso. Nos dice San Juan: "Amados, si nuestro corazón no nos condena, confianza tenemos delante de Dios; y todo lo que pidamos lo recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de Él"(1 Juan 3:21-22) 

Pidamos al Señor que nos envíe su Santo Espíritu para que acreciente nuestra fe y nos ayude a saber pedir aquello que nos conviene y a le vez, sepamos aceptar su santa voluntad.








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